Asi lo espresa en esta corta Reseña:
Esta canción nace de una de las etapas más desafiantes de mi vida. Por mucho tiempo corrí lejos
de Dios, intentando hacer las cosas a mi manera, creyendo que podía controlar mi camino sin su
guía.
Pero en esa carrera, terminé estrellándome con mi propia realidad, con vacíos que nada
podía llenar y decisiones que me alejaban de la paz verdadera.
Sin embargo, en medio de ese caos, descubrí algo que transformó mi corazón: Dios nunca me dejó.
A pesar de mi rebeldía y de mi huida, su amor me siguió, me sostuvo y me esperó. Esta canción es
el reflejo de esa transición: de la autosuficiencia a la rendición, del dolor a la gracia, del
alejamiento a un reencuentro con el amor más fiel que existe.
“El amor de Dios no tiene final” es más que una frase: es mi experiencia hecha melodía. Porque
aunque yo fallé, Él permaneció. Porque su amor es eterno, inagotable, y es lo que me levantó
cuando todo se vino abajo.
Comunicado: Joha Riascos
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